Historia de Conservas "LA PESCADORA"

Sin duda, dentro de las empresas que hoy configuran el sector conservero vasco y el vizcaíno en particular, se encuentran muchas de probada tradición histórica. Y, si hacemos un breve repaso al devenir de estas empresas de mayor tradición histórica, parece obligado abordar el tema a través de Bermeo, sin duda el centro de mayor concentración de recursos de esta índole en el pasado.

Quizá la más antigua sea la fundada por José Serrats en 1850, un emprendedor catalán, pionero en la elaboración de conservas con sistema "appert", que se instaló en las inmediaciones del puerto de Bermeo.

Dedicado inicialmente al salazón y semiconserva de la anchoa, fue diversificando progresivamente sus productos, hasta abarcar muchos tipos de pescado, todos de origen Cantábrico. Para ello extendió sus establecimientos a Elantxobe (Vizcaya), Pasajes (Guipúzcoa), Asturias y Galicia, y dispuso de su propia flota de abastecimiento. Esta actividad fue posteriormente abandonada para dedicarse totalmente a la industrialización.

Desde principios del siglo XX, más de la mitad de su producción se destinaba a la exportación bajo las denominaciones comerciales de "Serrats" y "La Pescadora". Sus mercados fueron inicialmente franceses y sudamericanos, mientras que hoy se dirige a gran parte de Europa y Norteamérica.

El barril de madera era en un principio el envase más usado para el salazón y escabeches de pescado. Posteriormente, al inicio del S.XX, el mejor conocimiento del procedimiento Appert de esterilización, permitió el uso de los envases herméticos de hoja de lata. Inicialmente eran latas de gran tamaño por la dificultad de lograr un buen cierre hermético. En la década de los años 20, se introdujeron latas más pequeñas para el consumo en los hogares. Y es finalmente en los años 80, cuando se lanzó el frasco de cristal para este tipo de conserva.

A lo largo de todos estos años, el proceso productivo ha variado muy poco. Hemos perfeccionado nuestra técnica para lograr una mayor calidad, pero siempre manteniendo el respeto por la tradición.

Nuestras conservas continúan elaborándose siguiendo un exigente y minucioso proceso similar al de antaño. Estas técnicas artesanales evitan que el pescado se deteriore y hacen que la conserva mantenga todo su sabor y textura.

La selección de las mejores materias primas, unidas al "saber hacer" de hace más de cinco generaciones y a un estricto sistema de control de calidad, convierten nuestras conservas en un producto excepcional.